Por este motivo es recomendable someter a algún tipo de cocción a muchas de ellas, para evitar la oxidación, como es el caso de los membrillos o las manzanas. Otras deben ser reducidas a puré como los plátanos, para evitar que se pongan negros.
Las frutas que mejor aguantan la congelación son frutas de pequeño tamaño: fresitas, arándanos, moras, frambuesas. Los cítricos también se congelan bien cuando los hemos pelado y separado en gajos. Para congelar albaricoques, ciruelas o melocotones se deben recubrir de azúcar o se deben meter en un recipiente rígido y cubiertos con almíbar y unas gotas de limón.
Como cualquier producto crudo que se desee congelar interesa que las frutas estén, no sólo en condiciones óptimas de madurez sino que además sean de buena calidad y libres de magulladuras.
Las frutas crudas pueden conservarse en el congelador hasta 11 meses. Congeladas en compota resulta conveniente mantenerlas no más de 6 meses.
Al igual que cualquier producto que se congele se etiquetar correctamente y de forma clara en cada uno de los recipientes o bolsas que se vaya a congelar. Haciendo constar el nombre de la fruta y la fecha de envasado.
Debe ser tan esmerada como la congelación. Las frutas crudas no se descongelan bien dentro del microondas, por lo que si se quieren recuperar como recién cogidas de la planta es imprescindible que se le de un tiempo prolongado de descongelación, dentro de la nevera.
Azúcar: Lavar y secar con papel absorbente la fruta. En un recipiente con abundante azúcar, sumergir las piezas enteras o troceadas. Poner el recipiente con las frutas en el congelador hasta que las frutas estén duras. Sacar el recipiente del congelador y quitar el exceso de azúcar de las frutas con la ayuda de un colador. Guardar las piezas de frutas (que deben quedar azucaradas) en bolsas o recipientes que cierren bien. Volver a guardar en el congelador.
Almíbar: Disolver 3 partes de azúcar por cada 4 partes de agua hirviendo y dejar enfriar. Agregar unas gotas de zumo de limón y reservar el almíbar en la nevera durante 4 horas. Lavar la fruta, secar con papel absorbente y sumergirla totalmente en el almíbar frío. Repartir porciones de fruta en envases rígidos, preferentemente de plástico, sin llegar a llenarlos del todo para evitas que la dilatación del almíbar al congelarse los abra o los reviente.
Compota: Lavar las frutas y trocearla. Ponerlas en una cacerola y se espolvorean ligeramente con azúcar. Añadir 2 o 3 dedos de agua y cocerla a fuego lento hasta que estén blandas, sin que empiecen a deshacerse. Dejamos enfriar en el mismo recipiente. Envasamos y congelamos.
Es importante que a la hora de seleccionar las frutas para la congelación se desechen las frutas con manchas o golpes y aquellas que no estén maduras, debemos tener en cuenta que una vez congeladas no madurarán más.
Lavar las frutas solamente si hace falta, ya que es mejor abstenerse sobre todo si son fresas, frambuesas y cerezas. En el caso de tener que lavarlas se deben secar cuidadosamente con papel absorbente.
Fuente: http://www.cuartofrio.mx/como-congelar-la-fruta-fresca/
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